
Y fue esa noche…
la que te permití, dominarme
atándome a tus cadenas,
me embriagaste
con tu néctar,
al son de tu melodía
bailamos toda la noche
deslizándote por mi cuerpo,
entre mis piernas, las tuyas
y en mi sexo tu fuego
llenando de tus delirios
mis entrañas,
en tus manos mis pechos
como copas de vino saciadas,
mis caderas acompasaban
tu ritmo…
y entre gemidos desbocados
ahogamos nuestros deseos.
3 comentarios:
Dulce cadena, dulce posesión, adorable esclavitud...
Un beso enorme.
... y entre gemidos desbocados
ahogamos nuestros deseos.
Te has superado a ti misma Orquídea,
fabuloso y excitante este poema tuyo.
Con mis brazos tu cuerpo aprisioné
uniéndote fuerte a mí,
con el henchido miembro tu rosa penetré
y fue tanta la reacción en ti
pues noté de tu sexo la reacción,
que con tus manos te aferraste más a mi.
Mi cuerpo comenzó a balancear al tuyo
haciendo más profundo el sentir
mientras nuestras lenguas jugaban en su mundo
saboreando tan natural y excitante elixir.
Besos.
cadenas invisibles que, a cada rendición de los cuerpos, van sumando eslabones.
Publicar un comentario