A veces, sólo a veces,
quisiera verte en soledad oscura,
retorciendo tus miembros en el lecho,
y el deseo mordiéndote la nuca
adosado a tu espalda,
mientras sus brazos múltiples te anudan.
En el silencio negro de la noche,
cuando ausencia y libido se acentúan,
galopando leones por tus muslos,
quiero que se aparezca mi figura
sobre la pleamar de tus recuerdos,
y te admitas, con un poco de culpa:
'Cuánto le amé, cuánto me amó, y no obstante,
dejé de amarle'.
Sobre las burbujas
de tus senos redondos, satinados,
un tropel de caricias se aventuran,
de manos invisibles, tan lejanas,
haciéndose preguntas
que no supiste responder entonces,
que hoy todavía flotan en la bruma.
Quiero que ese momento, casi mío,
dure sólo un instante. Si la lluvia
repica en los cristales con mis dedos,
o te alerta el relámpago, o la luna
se filtra en tus visillos,
dame ese breve soplo, miniatura
de lo que antes tuvimos,
cuando ambos, arriesgados o a la escucha,
ni restringíamos palabras densas,
ni refrenábamos lasciva furia;
la vida era una gama de colores,
de la sensualidad a la ternura.
Dame ese instante; ¡Vas a tener tantos!
que nadie notará pausa tan súbita,
un verso en el poema,
un compás musical en la obertura,
una alondra de paso,
una gota de lluvia.
Y esboza una sonrisa,
aunque tal vez no me lo digas nunca.
3 comentarios:
Tus palabras tocan, se sienten,
y producen sensaciones!!
Como siempre hermoso, con esa esencia de magía que te caracteriza.
Un abrazo enorme y gracias por tus buenos deseos.
relámpagos traicioneros de la memoria
que nos recuerdan lo que fuimos, lo que perdimos y lo que amamos, todo a un tiempo
Tus letras me han recordado un poema que escribí hace tiempo.
"Vestigios de naufragios, pecios.
Provocados por la búsqueda de tesoros.
Islas desiertas.
Lamedores de heridas;
regocijos entre brazos
amoldándose a caricias nuevas.
Pálpitos entre espirales indómitas,
sin sigilos.
Trazos de instantes
minuteros detenidos
sólo espumas de tiempo"
GRACIAS POR ESTAR SIEMPRE. UN BESO DESDE LA TACITA DE PLATA
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