miércoles, 7 de octubre de 2009

Pasión en el Mar


Las 9 de la mañana, empieza mi jornada laboral…Por fin es Viernes, ha sido una semana bastante dura en el despacho, de papeleos y reuniones, solo deseo que den las 3 para llegar a casa, llenar la bañera con agua caliente, sales ,aceites y relajarme.


Mi secretaria me avisa de que tengo una llamada un tanto extraña de un cliente nuevo, el cual no desea hablar con ninguna persona que no sea yo.


Toma nota de sus datos y el próximo lunes me pondré en contacto


con él, ahora estoy reunida.


Me avisa de nuevo de que es muy urgente y necesita hablar ahora mismo conmigo…


Pásamelo… dime antes como se llama…


Eso es lo más curioso… su nombre… Casanova Errante.

"No puede contener la carcajada"…

Pásamelo y que no me molesten hasta que yo avise.


Orquídea: Buenos días, en que puedo ayudarle?


Casanova: Buenos días Bella Dama, mi propósito esta mañana es comunicarle que está usted invitada a una fiesta, esta mediodía en mi Yate.


Orquídea: Me siento halagada, Señor Casanova, pero tengo que declinar su invitación, he tenido una semana muy ajetreada y lo que más se me apetece es descansar.

Casanova: Ese precisamente es mi objetivo, que descanse usted y disfrute de bellos placeres, una buena comida, el aire del mar, el sol, y el relax está garantizado.

Orquídea: La oferta es muy tentadora, y solo por curiosidad, ¿de cuantas personas estamos hablando que habrá en esa fiesta?

Casanova: Usted y yo






Orquídea: Caramba parece interesante de verdad, pero he de decirle que no.


Casanova: Por favor Mi Dama, hágame usted este capricho.


Orquídea: Jajajajaja, ya está bien de juegos mi Bebote, que estas a muchos kilómetros para que me hagas esto.


Casanova: Estaré a tu lado mi bella Dama en solo unas horas, ¡¡¡Sorpresa!!!, nos vemos sobre las 4 en el Muelle Deportivo, en nuestro Restaurante Italiano favorito, ¿Qué me dices?...


Orquídea: Allí estaré mi bebote.


Casanova: Prepara un pequeño bolso con cosas que te sean necesarias para un fin de semana playero.


Orquídea: Un beso cielo, nos vemos a las 4







Paso la mañana intentando contener mi imaginación y mis deseos de estar entre tus brazos, hace ya unas cuantas semanas que no hemos podido vernos, y estoy ansiosa por que pasen las horas.






Las tres de la tarde, salgo a toda prisa, de mi despacho tengo que ir a casa antes de ir al Puerto.





Cambiarme y ponerme algo cómoda pero muy sexi para mi bebote.





A las cuatro en punto entro por la puerta de nuestro Restaurante favorito…





Al fondo, en nuestra mesa de siempre, mirando al mar, estas tú sentado… con tu sonrisa y tus ojitos haciendo chispitas.


Nos fundimos en un largo y tierno beso.


Tienes una habilidad innata, y sabes cómo disfruto con nuestros encuentros sorpresa.




Después de un ligero almuerzo bañado con mucho vino, nos dirigimos al Muelle, caminaba a tu lado un tanto intrigada, lo de la fiesta en el Yate me había descolocado un poco.



Llegamos hasta el amarre de un pequeño Yate, cuando te vi subir a él, me quede un tanto sorprendida, pues sabía que no era tuyo, y ese era uno de mis sueños, salir a navegar, y por fin lo haría realidad, gracias a ti.



Me enseñaste los peligros en cubierta. Los lugares donde no podía pisar, y otros donde debía tener cuidado para no tropezar y caer al agua.





Largaste amarras y poco a poco fuimos saliendo del puerto deportivo, tu objetivo llegar hasta una hermosa cala que hay en mi tierra y a la cual solo se puede llegar en barco y pasar el fin de semana.




Relájate tomando el sol, pondré algo de música para que nos acompañe durante el camino, llegaremos en un par de horas.


Pusiste nuestro disco de música sexi como yo la llamo, la que guarda nuestros secretos cuando nos amamos.


Me desnude por completo, me sentía en plena libertad, y pasee por el barco,





prepare dos copas de nuestro vino favorito (Lambrusco), me acerque hasta el timón dónde estabas tú, por detrás y comencé a besarte el cuello, mordiéndolo suavemente, pero tú me replicaste…


Nena tengo que estar concentrado, dame solo unas horas y seré tuyo.


Te mire con carita de mimosa y te dije.- Tú te lo pierdes.





Me tumbe sobre la cubierta, desnuda, dejando que el sol dorase mi cuerpo. Cogí la botella de aceite bronceadora y me dispuse a dármela, me mirabas con carita de

Te la pondría yo si no estuviera ocupado.


La brisa del mar era deliciosa, y sentirla por todo mi cuerpo me estaba excitando, comencé a ponerme el aceite, acariciándome los pechos, suavemente,





rozar mis pezones solo con las yema de mis dedos, con la otra mano bajaba por mi cintura y mi abdomen suaves caricias, que me estaban excitando mucho,


me puse de rodillas para poder ponerme en mi culo, algo que se que te excita mucho, por las caricias, mordidas y tortas que le procesas siempre que puedes, quedándome de espaldas a ti que podías ver todo el proceso en primera fila, y con mi dos manos empecé a acariciarlo.



Nena por dios, ten piedad de mi, que me estas poniendo muy malito.


Una sonora carcajada, fue mi única respuesta.




Suavemente baje por mis piernas lentamente, llenándolas de aceite, subiendo por mis muslos, umm, eso me estaba poniendo ya muy excitada, fui acercándome a mi sexo solo rozarlo suave, por encima.


Tú me mirabas con una sonrisa picarona, como queriendo decirme, aprovéchate ahora que tengo las manos ocupadas.






Seguí acariciando mi sexo, buscaba mi clítoris, con ansias estaba muy hinchado esperando le dedicara atención, y así lo hice, me abandone por completo, acariciándome, introduje dos dedos en mi sexo que estaba ya muy húmedo, para meterlos en mi boca y chuparlos me encanta su sabor y me excita, una mano dedicada a mi clítoris y otra a mi vagina, ummm dios que placer más intenso me recorría por completo, mi espalda se curvaba, y yo no paraba de gemir, de gritar, estaba teniendo un orgasmo delicioso.





Cuando me relaje, abrí mis ojos y allí estabas tú, mirándome, con cara de haber disfrutado del espectáculo.





Me acerque a ti y me arrodille entre tus piernas, y empecé a acariciarte con mi boca y a morder tu pene por encima de tu bermuda, tu erección era ya muy evidente te la fui bajando lentamente con la boca, mientras mis manos acariciaban tus muslos y me agarraba de tu culo,






cogí tu pene con mi boca y empecé a chuparlo muy suave, lentamente, mientras con mis manos acariciaba tus testículos, sentirte gemir es un verdero placer,





la cogí con una mano y la coloque entre mis pechos, en mi escote, se deslizaba con facilidad, pues aun quedaba aceite en mi cuerpo, mientras con mi boca chupaba la punta,






tu gemías sin parar, la tome de nuevo entre mis manos, la fui devorando poco a poco, tragándomela, lamiéndomela, chupándola entera.




Me voy a correr cielo, no aguanto más…


Comencé a chupártela cada vez más y más rápido, mis labios apresaban tu pene con fuerza y tu no parabas de gemir, tus piernas parecían flaquear, hasta que una oleada de placer intenso recorrió todo tu cuerpo, y te desprendiste de toda tu semilla, en mi boca, y en mis pechos.





Nos miramos, nos besamos y me quede abrazada a tu espalda durante un largo rato, esto era solo el principio de nuestro maravilloso fin de semana.



2 comentarios:

. dijo...

Hermoso encuentro. Lo envidio...

Javi dijo...

Erótico al máximo…y al tiempo exquisito,
tratando la sensualidad femenina sin tabúes,
tal y como siente una mujer su sexualidad ante una situación
como la que presentas.
Tu Blog es un recreo para la vista y demás sentido, y es de
agradecer la claridad, valentía y delicadeza con que tratas el
erotismo emanado de una relación de pareja.
Besitos.