jueves, 5 de noviembre de 2009

La espera


Habíamos planeado pasar el fin de semana juntos,
hacia ya un mes que no nos veíamos,
y aunque yo estaría muy ocupada
en mi despacho hasta el Viernes al mediodía,
disponíamos de la tarde y todo el fin de semana
para poder estar juntos.
Ya que tú llegarías en la mañana decidiste
irte directamente a casa y esperarme,
tenías la intención de preparar un delicioso
almuerzo para dos.






Sobre las 3 de la tarde te llame para decirte que la cosa
se estaba alargando más de lo que esperaba y que aun no
sabía la hora en concreto en que terminaría.


Estaba enfadada pues había organizado
la semana para poder disponer
del tiempo necesario para estar a tu lado,
pero como ya sabes
mi despacho es así de impredecible.


Las horas fueron pasando y aquella interminable reunión
no llegaba a su fin, te imaginaba en casa aburrido.


Eran las 8 de la tarde y yo seguía en el despacho
cuando me llamaste para decirme que te despertara
cuando llegara a casa,
pues entre el viaje y la tarde solo, estabas cansado
y te ibas a la cama.


Cansada salía de la reunión a las 9.30 de la noche,
me moría por verte y estar a tu lado,
pero también te imaginaba dormido y eso hacía que mis
expectativas de una noche apasionada se desvanecieran.


Al llegar a casa todo estaba en penumbras,
solo una lucecita venia de la cocina,
sin hacer ruido me dirigí hacia la puerta y allí estabas
delante del frigorífico,
desnudo con la puerta abierta y bebiendo
del Tetrabrick de leche,
(cosa que sabes que me molesta).


-Esa manía tuya no sé cómo te la voy a quitar.


-Cielo por dios, como me haces esto, menudo susto,
y ves mira lo que me has hecho hacer me he manchado,
(cogiendo un paño para limpiarte).
-Ni se te ocurra, no te atrevas a mover ni un solo dedo.


-Pero nena…
-Shhhh, quieto de eso me encargo yo.






Me acerque a ti mientras me quitaba mi chaqueta
a toda prisa, la camisa, ni me fije en los botones,
te di un largo y caluroso beso, esta excitada,
llevaba toda la tarde pensando en ti
y en nuestro encuentro,
me dispuse a limpiar la leche que tenias en el cuello,
fui bajando por tu pecho, hasta tu abdomen,
parándome en tu ombligo acariciándolo con mi lengua,
seguir bajando e ir limpiando toda la leche
hasta llegar a tu sexo,
estaba hambrienta, hoy no quería juegos ni preámbulos,
solo quería sentirte, te agarre del culo, con desesperación,
tu a estas alturas estabas muy excitado
y tu miembro lucia hermoso
ante mis ojos,
y mi boca deseando atraparlo para acariciarlo,
por unos momentos,
pues solo quería sentirte dentro de mí,
cabalgarte y disfrutarte.





Me incorpore y te susurre al oído...,
- Cielo estoy muy excitada,
no quiero juegos ni preliminares
solo quiero sentirte dentro,
llevo toda la tarde pensando en ti…






Me agarraste por los muslos y me subiste a tu cintura,
me tumbaste en la mesa de la cocina,
subiendo mi falda, con prisas me desabrochas el liguero,
y con tu boca empiezas a quitarme
mis braguitas, sentir tu aliento en mi sexo,
mmm era deliciosa tortura,
pero quería sentirte ya dentro de mí,
quería quitarme la ropa que me quedaba pero…


-No te quites nada mas, así me gusta
Empezaste a acariciar mi sexo, que estaba ya muy húmedo
y caliente, mordiendo mi clítoris, chupando mis labios,
era tal la excitación
que tenia que no tarde en correrme.





Te pusiste de rodillas en la mesa,
y te reclamo que me penetres,
introduces solo la punta de tu pene,
yo desesperada por más pero sigues
jugueteando en los bordes de mi sexo.
Pero no puedo más, así que me incorporo un poco
y con una mano te agarro del cuello
y con la otra tu culo,


-La quiero toda, y te atraigo hasta mí.
Me penetras lentamente, entrando y saliendo muy despacio
mis gemidos se aceleran,
No pares cielo, dame más, quiero sentirte
muy dentro de mí, quiero saciar mi sed.






Cada vez más rápido más fuerte, más profundo,
más intenso, siento como tu pene crece por momentos,
como se resbala por mis humedades,
mmm que placer amor, que rico, sigue mas, mas,
no pares más fuerte,
el placer va en aumento y yo siento que me pierdo que no aguanto
más, tus gemidos me enloquecen y subes mas el ritmo,
entrando y saliendo, con más fuerza,
y mi cuerpo se estremece
y mi espalda se dobla, y tú te estiras,
me agarras las manos,
nuestros dedos se entrelazan,
dos gemidos salvajes se oyen por toda la casa,
y así llegamos los dos a un maravilloso y caliente orgasmo.








Abrazados y riéndonos por nuestro primer
aquí te pillo, aquí te mato,
nos fuimos relajando, esto solo era el comienzo
de nuestro fin de semana.






5 comentarios:

BRISA dijo...

Mmmm... Que espera. Pero valio la pena, yo tambien hubiera estado así de impaciente!!
FELICITACIONES.

Alfonso dijo...

Deliciosa espera, pero desde luego valio la pena, para disfrutar tan intensamente del momento.
Morboso y excitante como siempre.

Besos.

Anónimo dijo...

Si cada espera tuviera una recompensa así, estoy convencido de que a nadie le importaría esperar. Je, je, je. Vaya historia más sugerente, niña. Me encantó. Gracias por tu pasión. Un beso enorme y cuídate.

Arkantis dijo...

Uff sin palabras al ver tu blog...es precioso...como cada letra que pones en el..enhorabuena por el..

Un placer descubrirte..

Besos

Amante del mar dijo...

No hay nada como tenernos cerca y olvidar todas las penas y dejarnos llevar por el deseo y el placer de poseernos asi...con lujuria, con pasión, tan hembra...tan hombre...en la entrega...

Siempre es un placer leerte...